Chapter 28: 28) Progresando en el Pasado (2.1)
Clara: "¿Amor, estás ahí?" —se escuchó la voz desde el otro lado de la puerta.
Riuz: "Pasa, estoy decente." —respondió Riuz con una sonrisa burlona.
Clara: "Como si me importara verte en pelotas." —entró rodando los ojos, aunque en su rostro se dibujaba una sonrisa afectuosa. Al notar a Henry y a su esposa en la habitación, se detuvo un momento— "Henry, querido, estás tan guapo como siempre."
Henry, que siempre había sido reservado, bajó la mirada con una leve sonrisa.
La oveja, que empezaba a mostrar las marcas del tiempo en su rostro, no podía evitar irradiar calidez al ver al que había sido el primer varón de la familia. Ahora que ya no vivían juntos, cada encuentro con él despertaba en Clara un instinto maternal inquebrantable.
Henry: "Hola, tía Clara." —suspiró Henry, desviando la vista hacia el vientre abultado de la otra esposa de su padre. Estaba embarazada... otra vez.
Honestamente, Henry no recordaba un solo año en el que Clara no estuviera esperando uno o dos corderos. No podía evitar preguntarse qué se le pasaba a su padre por la cabeza al seguir embarazándola tras tantos años juntos. Una gran parte de la familia llevaba el apellido de Clara; a veces Henry pensaba que su padre intentaba repoblar el mundo con ovejas.
Riuz recibió a Clara con un beso y la rodeó con sus brazos, un gesto cálido y familiar. Aunque los años habían cambiado a ambos, principalmente para no levantar sospechas, para él, ella seguía siendo igual de atractiva.
Clara: "¿Qué hacen todos aquí reunidos?" —preguntó mientras se acomodaba en el pecho de su marido, claramente acostumbrada a las dinámicas caóticas de su peculiar familia.
Kiara: "Trato de darle un par de cuernos a mi marido con tu esposo." —dijo Kiara con su característico tono sarcástico, sonriendo de manera descarada.
Henry: "¡Kia!" —protestó Henry, levantando la voz más de lo habitual. Decir algo así en privado era una cosa, pero hacerlo frente a Clara, a quien consideraba una segunda madre, era completamente inapropiado.
Sin embargo, Clara ni siquiera parpadeó. Ya conocía la personalidad abrasiva de Kiara y, aunque en su momento fue una de las mayores opositoras de esa relación, los años la habían suavizado. La convivencia con una familia tan extensa y diversa había cambiado a la dócil oveja. Si Henry aceptaba a Kiara, ella no tenía motivos para oponerse, incluso si la actitud de la hiena iba en contra de algunos de sus principios. Por lo tanto, sin inmutarse y con una pizca de sarcasmo, respondió:
Clara: "Si te quedaras después de Navidad o Halloween, lo tendrías fácil. Siempre hay más de una fiesta." —dijo con una sonrisa irónica, bajando la mano para apretar los testículos de su marido en una protesta silenciosa.
Kiara: "Si lo hubiera sabido, no habría aceptado pasar esas fechas con mis padres." —respondió la hiena, devolviendo el sarcasmo en igual medida.
Riuz apenas pudo contener el aire tras el "ataque" de Clara. Aunque pensó en vengarse apretando sus pechos, decidió no hacerlo. En el fondo, sabía que se lo merecía. Suspiró profundamente mientras observaba a su familia. Con el paso de los años, su vida había evolucionado de maneras extrañas. Era innegable que, en privado, esta familia tenía momentos poco convencionales... por no decir francamente inapropiados.
Había tenido muchas hijas, algunos pocos hijos y un "hijo" humano, todos de diferentes mujeres y especies. Su familia era un mosaico, y con algunos de ellos, las relaciones se habían vuelto... complicadas. No podía negar que su propio desenfreno sexual había contribuido a esos desenlaces. A menudo, sus hijos lo encontraban en situaciones comprometedoras con sus esposas o parejas, lo que llevó a que las charlas sobre sexo se convirtieran en algo habitual. De hecho, con el tiempo, incluso desarrollaron un protocolo y un guion para manejar esas conversaciones, que nunca dejo de perfeccionarse con lo frecuente que era.
Una especie de ironía del destino. Su vida en su mundo original parecia reflejarse en esta cuando sus hijas llegaron a la adolescencia. ¿Había sido su ejemplo la causa? Quizás. Pero lo que no podía negar eran los momentos en los que sus relaciones familiares habían llegado a distorsionarse, para bien o para mal.
Riuz cerró los ojos por un instante, recordando algunos de esos episodios. Había mucho amor en su familia, pero también una buena dosis de caos... y quizás, un poco más de lo necesario.
...
Hija Oveja: Papá, solo hazlo, sírveme, ya te follas a mamá, yo también necesito que alguien me are el coño.
Riuz: Por Dios, no, que eres mi hija.
Hija Oveja: "No es como si no tuvieras hijas que quieran follarte. Puedo nombrar por lo menos tres." —Dijo indignada— "Bianca ya nos dijo lo deficiente que son los otros machos, no esperes que busquemos algo tan inferior cuando crecimos viendo lo de lo que eras capaz y lo que era el buen sexo. Y no digas que no puedes, sabemos muy bien cuanto puedes aguantar y hoy solo te follaste a mamá 3 veces y a tía Haruna 2 veces... por lo menos puedes hacerlo conmigo 3 veces. Deja que yo también disfrute de tu pene, pro favor. Si te molesta piensa que soy mamá" —dijo descubriendo su escote
Riuz: "Por última vez, no me follaré a mis hijas" —dijo yéndose con paso fuerte y una erección.
-Un plan elaborado lleno de mentiras y alcohol después-
Riuz se encontraba tirado sobre el suelo, con una de sus hijas montando su pene, otra sentada en su cara, restregándole su coño, y otras dos sentadas sobre sus manos con sus dedos en sus agujeros... mientras pensaba que se follaba a sus esposas y no sus hijas quienes lo emborracharon
...
Hija Pantera: "O me metes el pene o lo pierdes" —Dijo sostenido el miembro de su padre con sus garras.
Riuz: "Linda, ten cuidado, con eso no se juega" —Tartamudeo nervioso— "Además, eso no es algo que..."
Hija Pantera: "Te escucho todos los días follar, ¿y esperas que no me ponga cachonda? Además, todos sabemos que no sería la primera vez que te follas a tus hijas."
Riuz: "¡Me drogaron!"
Hija Pantera: "Eso no me importa, ahora te harás responsable de enfriar mi coño."
Riuz: "Yo... aaahhhh..." —Gimió fuertemente cuando su hija se sentó sobre él, forzando a que su pene entre en ella.
...
Riuz: "Amor... suelta el pene de papi..."
Hija Gueparda: *Gruñido*
La joven gueparda con ojos lagrimosos no desistió, seguía con sus dientes sosteniendo el pene erecto de su padre, sin intenciones de aflojar su mordedura, con riesgos de empezar a perforar la piel.
Riuz: "Por favor... bien, pero aún eres pequeña, nada muy intenso" —se rindió.
Así, la pequeña gueparda termino saliendo de la habitación con una sonrisa satisfecha en su coño lleno de la saliva de su padre.
...
Hija Lémur: "Papá, ¿qué es eso que haces con mamá cuando están en la habitación? La oigo gritar mucho..."
Riuz: "Aquí vamos de nuevo..."
Puso los ojos en blanco antes de sostener a su hija, llevarla a la habitación y desflorarla, usándola como si fuera un onahole. Saliendo poco después, dejando a su hija acostada sobre la cama con los ojos bien abiertos mirando el techo.
Hija Lémur: "Wooooooowwww..."
...
Hija Lesbiana 1: "Papá... tengo algo que decirte... soy lesbiana."
Riuz: "¿¡Qué!? ¡Ninguna hija mía es lesbiana!" —gritó con fingida indignación, levantándose como si fuera a derribar la casa. Pero, en lugar de continuar el drama, cargó a su hija sobre su hombro y la llevó a la habitación.
*Una desfloración, violación correctiva y mucho sexo salvaje después...*
Padre e hija jadeaban en la cama, con la hija aun convulsionando por el orgasmo que parecía que no poder terminar.
Riuz: "En realidad, no tengo problema con que seas lesbiana mientras seas feliz." —le dio una palmadita en el coño.
Su hija lo miró consternada, preguntándose como podía llegar a ser lesbiana luego de algo como eso.
...
Follando en su habitación con una de sus hijas equidna y una hija leona, cuando un estornudo salió de un armario.
Riuz: "Pinky, puedes salir."
De la puerta salió, avergonzada, una gueparda rosa con apenas una camisa mal abrochada.
Hija Leona: "Pensé que la rosadita no estaba interesada en el sexo." —comentó con burla.
Hija Equidna: "No la molestes. Sólo está tardando en tener su despertar sexual. Tranquila, Pinky, es normal."
Hija Leona: Lo que sea... pero que te quede claro, rosadita. Si te unes y tratas de tocarme te arranco la cola, a mí no me va esa mierda de mujer/mujer
Riuz: "¿Qué haces realmente aquí, Pinky?" —preguntó, alzando una ceja.
Pinky: "N-nada... yo sólo..."
Riuz: "No mientas."
Pinky: "¡Estaba tratando de robarte dinero para comprarme el vestido que me negaste!" —Confesó casi gritando, sin poder ocultar nada cuando su padre se pone serio.
Riuz se cruzó de brazos mientras las dos mujeres a su lado contenían la risa.
Riuz: "Te negué el vestido porque estás castigada por incendiar uno de mis locales, y decides robarme. ¿De verdad crees que esa es la solución?"
Pinky: "No me juzgues. ¡Tú estás aquí apareandote con tus hijas! ¡Eso está mal... es sucio e incorrecto! Se lo voy a decir a mama." —dijo señalándolo acusadoramente.
Antes de que Pinky pudiera salir corriendo, sus hermanas menores la sujetaron, le arrancaron la ropa y la tiraron sobre la cama, sosteniendo su cola para que levantara el trasero
Leona: "Pinky, necesitas aprender que no puedes andar acusando a la gente sin consecuencias."
Equidna: "Lo siento, Pinky, pero esta vez metiste la pata."
Pinky estaba asustada por lo que iba a pasar, pero se relajó al pensar en que su amado padre no podría hacerle daño... entonces se congeló al sentir que algo presionaba contra su agujero negro.
*¡¡¡Gritos de Felino!!!*
Tiempo despues Pinky salió de la habitación cojeando ligeramente, frotándose los ojos mientras trataba de calmar su llanto.
Hija Random: "¿Pinky, estás bien?"
Pinky: "*sniff* Papá... me hizo un pastel de crema en el trasero... sniff" —respondió entre sollozos, mirando hacia su habitación— "Tráeme hielo... *sniff*"
...
Hija Lesbiana 2: "Padre, me gustan las mujeres y esta es mi novia" —Dijo presentando una joven cebra avergonzada— "Como indican las reglas de la familia, nos entregó a ella y a mí como tributo para que nos permitas disfrutar del lesbianismo."
Cebra: "¿Qué?"
Rato después, en la habitación, dos jóvenes lesbianas eran mancilladas por Riuz durante horas, teniendo sus agujeros rellenos y adoloridos.
Riuz: "No sabía que se volvió una regla familiar, pero es bastante buena..." —dijo retirándose de la habitación.
Cebra: "Creo que ya no soy lesbiana..."
Hija Lesbiana 2: "O eres mi novia o no follas con mi padre, no te voy a llamar mami fuera del sexo" —Respondió indignada.
...
Riuz miró a la madre e hija coyote, arrodilladas frente a su pene, desnudas.
Coyote: "Es pequeña, pero debe aprender a servirle adecuadamente." —Le dijo al humano, para luego dirigirse a su hija— "Agradécele al señor Riuz por permitirte complacer su virilidad."
Hija coyote: Gracias... amo...
...
En la cena, con su hija dragón de Komodo haciéndole una mamada, mientras las madres regañaban a sus hijas por hacer algo tan inmoral con su padre sin saber lo que ocurría debajo la mesa.
...
Hija lesbiana 3: Riuz, no creas que me dejaré usar como mis hermanas, mi cuerpo es solo mío, aquí el que sobra eres tú. Esta familia no te necesita, yo misma puedo satisfacer a todos estos coños mejor que tú. Los hombres solo son un estorbo para que las mujeres disfrutemos de nuestra sexualidad. Te desafío padre, que el ganador se quede con todas las mujeres de esta familia...
*Silencio*
*Sonidos de la violación mas intensa que haya existido en el país*
*Silencio*
*Sonidos de una hija lesbiana sobre una silla de ruedas luego de que los médicos le dijeran que no volvería a caminar*
*Mirada asesina de una hija a su padre*
*Sonidos de la violación mas intensa que haya existido en el país... 2*
*Sonidos de hija rindiéndose luego de quedar cuadriplejía, siendo curada y no volviendo a tener idea de follar con nadie mas que su padre nunca mas*
(Nunca mas hubo hijas lesbianas rebeldes luego de eso.)
...
Gemela A: "Sabes papi, cuando nos la metes a una" —Dijo mientras su hermana le hacía una mamada a su padre.
*Pop*
Gemela B: "Parece como si la otra lo sintiera" —Respondió, cambiando de lugar con su hermana.
...
Riuz suspiró profundamente mientras pensaba en su familia. Sí, eran perfectos... en su propia versión retorcida de perfección. Cada miembro tenía algo que los hacía únicos. Bueno, únicos y altamente escandalosos. Excepto por algunos, como Bianca, su primogénita. Ella siempre había mantenido una distancia prudente de estas cosas, tanto física como emocional, y había huido del nido en cuanto tuvo la edad adecuada y descubrió ciertas cosas que prefería no procesar.
Kiara: "¡Vamos! No puedes reprocharme que quiera follarme a tu padre." —dijo con su tono característicamente burlón mientras le guiñaba un ojo a Riuz—. "Es prácticamente el semental más codiciado de toda Zoopolis. Incluso las ancianas en la casa de retiro saben que cualquier mujer mataria por solo una noche con el."
Riuz: "Kiara, creo que deberías medir tus palabras..." —intentó intervenir, incómodo por la presencia de Henry, su hijo.
Kiara: "¿Por qué? Si es verdad, y lo sabe perfectamente." —dijo mientras plantaba un beso inesperado en la mejilla de su esposo. Luego, con una sonrisa pícara, añadió: "Y con el diminuto tamaño de su pene no me puede culpar por querer disfrutar de mis derechos maritales como nuera del mejor criador de toda la ciudad. ¿Qué tal suegro? ¿Una mamada como la última vez?"
Los pelos de Riuz se erizaron al escuchar eso en voz alta, no podía creer que su nuera revelara algo así. Sabía que esta hiena era muy abierta para esta época, pero nunca espero que tanto.
Clara: ¡¿En serio?!? ¿Incluso tus nueras?!" —Se quejó pellizcando a su marido en el vientre.
Riuz: "Yo... esto... eh..." —tartamudeó, intentando desviar la atención mientras sudaba frío. Esa ocasión había sido un momento de debilidad justo 3 días antes de la boda de Henry— "Henry, yo..." Miro con culpa a su hijo.
Kiara: No te preocupes, no es que no lo sabía.
Riuz miro a su hijo, quien ocultaba su rostro sin querer mirarlo.
Kiara: Lo sabía tan bien como que me follaste el día de nuestra boda y que la ceremonia transcurrió con mi coño relleno de tu semen.
Riuz: "¿T-tú sabías?" —preguntó con incredulidad, mirando a su hijo. Parecía que él era el único que pensaban que eran secretos y sin poder creer que su hijo no haya demostrado ningún tipo de reacción todo este tiempo.
Kiara: ¿Quién crees que estuvo obligado a limpiar hasta la última gota con la lengua durante nuestra noche de bodas? —Dijo en tono burlón.
En este momento Clara y yo abrimos los ojos con absoluta sorpresa, mientras que Henry solo se acurrucaba en los brazos de su mujer, tratando de ocultar su vergüenza.
Kiara: "Oh, no te preocupes, suegro, jamás olvidaría algo así. No puedo evitar recordar cada detalle de lo que hicimos en ese depósito." —dijo con una sonrisa pícara, apretando las nalgas de Henry con ambas manos mientras hablaba—. "Cuando casi destrozas mi vestido de novia cuando te corriste, ¿recuerdas? Lo describo vívidamente cada vez que le doy por el culo a tu hijo. Él odiaba al principio cuando le contaba los detalles, pero ya sabes cómo soy... lo obligué a disfrutarlo. Incluso le hago masturbarse pensando en eso cuando no estoy en casa por trabajo. Si no coopera, me pongo... persuasiva."
Riuz: "¡Basta, ya es suficiente!" —la interrumpió, al borde del colapso emocional. No podía seguir escuchando aquellas revelaciones y empezaba a preocuparse seriamente por la relacion de su hijo.
Por suerte, antes de que la conversación degenerara aún más, María, la pequeña ocelote cumpleañera, irrumpió en la habitación con la impaciencia típica de una niña.
María: "¡Papá! ¡La fiesta ya va a empezar!" —exclamó emocionada, tirando de la manga de Riuz con la energía impaciente de una niña.
El alivio de Riuz fue evidente. Sin dudarlo, se dejó llevar por su hija, agradeciendo en silencio a cualquier deidad que hubiera intervenido en el momento justo para apartarlo de la incómoda conversación.
María apenas podía contener su emoción. Estaba convencida de que esta sería 'la mejor fiesta de todas'. Lo que ignoraba por completo era que sus hermanas mayores ya habían planeado otra celebración para esa noche. Una "fiesta privada" en la habitación de su padre, donde, según la peculiar tradición familiar, María dejaría de ser una niña.